Un rincón de puro territorio y carácter en el interior de la Costa Dorada. Un paisaje esculpido durante millones de años, formando un mosaico de valles profundos y vertiginosas rocas y al fondo las paredes de la Sierra del Montsant levantan colosales enmarcando el espectáculo. Unas formas que hipnotizaron a los monjes que en el s.XII decidieron levantar, en este paraje inhóspito, la Cartuja de Scala Dei. Y de ellos vino la viña, el vino y el aceite. El pueblo de Siurana también aprovecha uno de los impresionantes macizos de piedra para levantarse y redondear este entorno mágico, sus calles, su iglesia románica y sus vistas te hacen sentir todo el peso de la historia.
35 AÑOS DEL CAIRAT (sin Juli) _______________
El Cairat empezó el año 1984 como granja–cafetería donde hacíamos exposiciones, tertulias…… siempre en torno a una mesa.
En 1992 el Juli y yo, la Mercè, empezamos un gran reto: convertir la cafetería en restaurante. Eso supuso un gran cambio en nuestra cocina, ya que los platos eran más elaborados. Poco a poco fuimos evolucionando hacia una cocina mediterránea y catalana pero con un toque de autor siempre priorizando el uso de los productos de la comarca como el aceite D.O.P. Siurana (ingrediente indispensable en una cocina) y el vino, ofreciendo una extensa carta de vinos tanto D.O.Q.Priorat como D.O. Montsant. Formábamos un excelente tándem, el Juli en la cocina y yo en la sala.
A partir de 1999, por problemas de salud del Juli, empezamos a contratar personal de refuerzo en la cocina convirtiéndonos en un equipo unido por la filosofía del Cairat.Pero en Septiembre de 2011 tuve que enfrentarme a otro gran reto y esta vez sola. Empecé una nueva etapa del Cairat con el espíritu del Juli y el alma mía.Con mucha ilusión, quiero que continúe siendo el Cairat del Juli.
Mercè
FALSET___________________________________
Falset, como cada pueblo del Priorat, está cargado de historia. El Castillo de Falset, el Portal del Bou y la muralla, el núcleo antiguo con la plaza Vieja, los lavaderos, la plaza de la Quartera, el Palacio de los Duques de Medinaceli y el Palacio de los condes de Azahara. Las callejuelas de la judería, los barrios del Malanyet, los corredores y la Font Vella. Pero lo mejor es su gente, arraigada en esta tierra, que como un secreto, cuando se descubre, es un tesoro infinito.